Aunque durante un tiempo ha sido un secreto bien escondido, a día de hoy todo el personal sabe que la Universidad de Granada se encuentra en una muy difícil situación económica, con consecuencias sobre nuestra vida profesional y personal: están retenidos los excedentes de todos los centros de gastos, hay dudas sobre la contratación de profesorado ayudante doctor para el próximo curso, las sustituciones están muy restringidas, y la UGR es la única universidad andaluza que no está devolviendo la paga extra de 2012.
En esta pésima situación económica, y como parte de la herencia recibida, la Universidad de Granada gasta 500.000 euros anuales en completar con 31.000 euros la pensión de 18 profesores eméritos (de los cuales sólo 2 profesoras eméritas).
Este gasto de 500.000 euros viene provocado por una incorrecta aplicación de la normativa vigente, puesto que el Acuerdo del Consejo de Gobierno establece que el nombramiento de profesorado emérito tendrá carácter honorífico como regla general, y sólo excepcionalmente se retribuirá. A pesar de ello, el Consejo de Gobierno ha venido aprobando de modo sistemático que todos los nombramientos de profesorado emérito tengan carácter retribuido, es decir, que conlleven una retribución de 31.000 euros anuales como complemento de la pensión de jubilación.
También incide en el volumen de gasto la renovación de los nombramientos como profesor emérito, de tal manera que en algunos casos la condición de profesor emérito retribuido llega a los 6 años.
Este cúmulo de decisiones contrarias al carácter excepcional que la normativa vigente otorga a la retribución del profesorado emérito es la causa de que la Universidad de Granada tenga un gasto tan elevado en profesorado emérito (558.413 euros en el Presupuesto de 2016), sobrepasando con mucho el gasto de la mayoría de las universidades con circunstancias comparables (profesorado emérito sin retribución en Autónoma y Politécnica de Madrid, Valencia, Politécnica de Barcelona, o con retribuciones en torno a 6000 euros en Complutense y Universidad de Barcelona, o de 1245 euros en Autónoma de Barcelona).Sólo Sevilla tiene un gasto en profesorado emérito superior a la Universidad de Granada (446,306 euros).
Hay que añadir que este desmesurado gasto en profesorado emérito sólo es posible con el beneplácito de la Junta de Andalucía. En efecto, mientras se muestra tan recelosa en otros campos (como por ejemplo la contratación de profesorado joven), la Junta de Andalucía ha autorizado el nombramiento por la Universidad de Granada de 18 personas en la condición de profesorado emérito, sin haber puesto reparo al gasto de más de 500.000 euros en concepto de retribuciones complementarias a la pensión de jubilación, gasto que, de hecho, suponen esos nombramientos (puede consultarse aquí la autorización de la Junta de Andalucía).
Por todo ello, ante la desastrosa situación económica de la UGR, que impide que el conjunto de la plantilla reciba la paga extra de 2012 que ya han abonado otras universidades, CCOO solicita que los nombramientos de profesorado emérito se atengan a la normativa vigente y se hagan a título honorífico, sin retribución.